Los tratamientos de ortodoncia son el único método eficaz para corregir apiñamientos dentales y los distintos tipos de problemas de oclusión y mordida. Y aunque sus beneficios para la salud y la estética de la sonrisa son innegables, los aparatos de ortodoncia, especialmente aquellos que utilizan brackets, causan a muchos pacientes problemas de adaptación al comienzo de su tratamiento.
Por ejemplo, los brackets metálicos convencionales tienen pequeñas superficies puntiagudas, ya sean los propios brackets en sí o en las puntas del arco metálico que los une y atraviesa, que suelen causar pequeñas llagas y heridas en la lengua y, especialmente, la cara interna de los labios y los carrillos de los pacientes.
Aunque las mucosas de estos tejidos acaben adaptándose a los elementos extraños, lo cierto es que los primeros días del tratamiento con ortodoncia pueden llegar a ser muy molestos para el paciente. Para mitigar estas molestias, existen en el mercado diferentes productos de cera para brackets, que protegen los tejidos bucales del paciente y minimizan los efectos del rozamiento metálico.
El paciente sentirá molestias sobre todo en los primeros días después de colocarse el aparato. Por ello, se recomienda usar la cera para brackets justo después de la colocación de la ortodoncia, y de forma regular durante los primeros días.
Lo ideal es también usarla en los días posteriores a las revisiones de ajuste, donde los cambios de posición pueden hacer que zonas de mucosa queden expuestas a nuevas partes puntiagudas. Por supuesto, también cuando se produce la rotura de algún elemento del aparato de ortodoncia, que roce áreas sensibles de la boca del paciente.
De cualquier modo, la cera es casi obligatoria cuando las llagas ya se han producido, porque de lo contrario el continuo roce del metal puede hacer que la herida no cicatrice y acabe evolucionando en una infección bucal.
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